
Las lepidopteras nacen como orugas, como la clase más baja y horripilante de la naturaleza de insectos; pero su destino es totalmente diferente y sorprendente. Pasan por un estado de crisálida que les trae al mundo como una bella mariposa...
Esto nos permite creer en las segundas oportunidades, en la majestuosidad y perfección de la naturaleza, en la opción de cambiar, de poder ser diferente y en que nada es para siempre...
Sigamos viviendo, luchando, soñando con que un día seremos bellas y alegres mariposas...porque eso es lo que nos permite sobrevivir como orugas.
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